Como todos los años, con la primavera llegan las alergias estacionales.

Como todos los años, con la primavera llegan las alergias estacionales. Hay diferentes tipos de alergias: respiratorias, alimentarias o cutáneas. Aquí nos centramos principalmente en las alergias respiratorias que están relacionadas con las sustancias que se pueden tocar o respirar y que, por tanto, causan reacciones cutáneas o respiratorias (eccema, rinitis alérgica, conjuntivitis, asma...).  El principal culpable es el ácaro; en la primavera nos centraremos en el polen que aparece con las floraciones y, por desgracia, en muchas ciudades la contaminación exterior puede empeorar significativamente estas reacciones. En consecuencia, el número de alergias se ha duplicado en 15 años en los países occidentales. Esta es la cuarta enfermedad crónica a nivel mundial y, en Francia, cerca de un 25 % de la población está afectada. Esta proporción podría aumentar al 50 % de aquí a 2020 (OMS).

Entre los pacientes sensibles, ciertas alergias pueden desencadenar ataques de asma. Un ataque de asma puede disminuir la saturación de oxígeno de una persona por debajo del 90 %. La saturación de oxígeno es la cantidad de oxígeno que fluye en las arterias. El estándar se sitúa entre el 98 % y 100 %, lo que significa que cada uno de los glóbulos rojos contiene de un 98 % a un 100 % de oxígeno. 

El dispositivo para medir esta saturación es el pulsioxímetro, un pequeño sensor colocado en el extremo de un dedo. Sin embargo, cuidado si la cantidad de oxígeno disminuye durante un ataque de asma, puesto que medirla no significa que la detecte necesariamente antes de que suceda. 

Con independencia del tipo de alergia, es importante y útil consultar a un médico para determinar el alérgeno responsable y tomar medidas para la «eliminación» de los alérgenos en cuestión o para solicitar las recomendaciones necesarias.